La Corte Suprema de Estados Unidos desestimó por unanimidad la demanda de México contra ocho fabricantes de armas, incluyendo a Smith & Wesson. El gobierno mexicano reclamaba 10 mil millones de dólares por el tráfico de armas que alimenta la violencia del narco en su territorio.
El fallo, redactado por la jueza Elena Kagan, concluyó que las empresas no ayudaron directamente a la venta ilegal de armas a cárteles. La legislación estadounidense protege a los fabricantes cuando sus productos son usados en delitos, lo que cerró la puerta al litigio iniciado en 2021.
México alegó que las compañías promueven armas de alto poder y mantienen prácticas de distribución negligentes. Aun así, el tribunal anuló la sentencia previa que permitía el avance del caso. La Corte sostuvo que no se violó ninguna ley de forma plausible.
El gobierno mexicano sostiene que el 70% de las armas usadas en homicidios provienen de Estados Unidos. La decisión representa un duro revés a su intento por responsabilizar a la industria armamentista de la violencia ligada al narcotráfico.