Miles de personas salieron a protestar en Los Ángeles contra las redadas masivas de migrantes, lo que provocó enfrentamientos con la Guardia Nacional. Los efectivos arrojaron gases lacrimógenos, balas de goma y granadas de aturdimiento para dispersar a los manifestantes frente al Centro de Detención Metropolitano.
La protesta se extendió a Compton, Pasadena y Chicago. En la autopista 101, manifestantes ondearon banderas mexicanas y exigieron el fin de los operativos. La policía reportó 27 arrestos. Trump defendió el despliegue militar y calificó a los manifestantes como “insurrectos”, mientras que el gobernador Gavin Newsom denunció una acción ilegal.
Legisladores como Maxine Waters y Bernie Sanders condenaron la represión y acusaron a Trump de autoritarismo. “¿A quién van a disparar?”, cuestionó Waters. Sanders advirtió que se trata de una estrategia para militarizar el conflicto migratorio. La alcaldesa Karen Bass pidió protestas pacíficas. La tensión sigue creciendo en varias ciudades de Estados Unidos.