Las fuertes lluvias en Texas provocaron crecidas repentinas que han dejado al menos 51 personas muertas, entre ellas 15 menores. Las autoridades informaron que 27 niñas siguen desaparecidas tras el desbordamiento del río Guadalupe, en la zona del campamento cristiano de Kerrville.
Más de 500 rescatistas, 14 helicópteros, la Guardia Nacional y la Guardia Costera fueron desplegados para rastrear la zona. El gobernador Greg Abbott pidió ayuda federal y extendió la declaración de desastre. La magnitud del daño obligó a evacuar a 850 personas y dejó ocho heridos.
El río Guadalupe creció ocho metros en menos de una hora. Meteorólogos reportaron más de 300 mm de lluvia, un tercio del promedio anual. Expertos atribuyen la intensidad de estas tormentas al cambio climático, que ha incrementado la frecuencia de eventos extremos como estas inundaciones.