La escalada del conflicto en Gaza dejó al menos 78 muertos tras nuevos bombardeos israelíes. A la crisis humanitaria se suma una severa escasez de combustible que amenaza con paralizar hospitales, panaderías y sistemas de agua, alertaron agencias de la ONU. Sólo se permitió ingresar 150 mil litros, insuficientes para cubrir un solo día de operaciones.
En este contexto, Israel prohibió toda actividad pesquera en aguas gazatíes. Autoridades palestinas denunciaron que el agua se está utilizando como arma de guerra, tras ataques a pozos y masacres en puntos de distribución de agua potable. Más de 1.25 millones de personas carecen ya de acceso seguro a este recurso esencial.
El ex primer ministro Ehud Olmert calificó como “campo de concentración” la ciudad humanitaria propuesta por Netanyahu. Mientras tanto, las negociaciones de tregua siguen estancadas, y la cifra de muertos desde octubre de 2023 supera los 58 mil, según el Ministerio de Salud palestino.