Cuatro migrantes se fugaron del centro de detención Delaney Hall, en Newark, Nueva Jersey, durante un motín por supuestos abusos y falta de alimentación. El caos permitió su huida, confirmada por el Departamento de Seguridad Nacional. No se han revelado sus nacionalidades.
La prisión fue reabierta hace mes y medio por el ICE como parte de la nueva ofensiva migratoria del gobierno de Donald Trump. Con capacidad para mil detenidos, está operada por la empresa privada GEO Group y ha sido señalada por malas condiciones y falta de supervisión.
El alcalde de Newark, Ras Baraka, denunció violaciones constitucionales y pidió acceso inmediato para inspeccionar el lugar. Acompañó a familias en protesta y responsabilizó al gobierno federal por permitir que estas cárceles operen sin control. “Debemos frenar este caos”, exigió. La fuga ocurre en medio de redadas masivas que apuntan a expulsar a un millón de migrantes durante 2025.