Varias ciudades británicas fueron escenario este sábado de protestas contra el alojamiento de solicitantes de asilo en hoteles, una medida aplicada por el gobierno laborista de Keir Starmer y que ha generado fuerte rechazo social. En Bristol, Exeter, Liverpool, Newcastle y otras localidades, cientos de personas marcharon con pancartas contra la política migratoria, mientras grupos antirracistas respondieron con manifestaciones paralelas bajo el lema “Refugiados bienvenidos”.
La policía desplegó un fuerte operativo para separar a los bandos enfrentados y evitar choques mayores. En Bristol, la intervención de agentes montados a caballo permitió controlar tensiones en Castle Park, donde una mujer fue arrestada por agredir a un trabajador de emergencias. Autoridades locales señalaron que la prioridad es garantizar protestas pacíficas, aunque admitieron que los incidentes se han incrementado en los últimos meses.
Las movilizaciones ocurrieron días después de que un tribunal otorgara al ayuntamiento de Epping una orden judicial temporal para desalojar a migrantes de un hotel local. El caso, sumado a acusaciones recientes contra un solicitante de asilo, ha reavivado el debate sobre inmigración. El líder populista Nigel Farage prometió deportaciones masivas si Reform UK llega al poder, lo que añade presión al gobierno y eleva la tensión política en Reino Unido.