Estados Unidos inició un nuevo cierre parcial de su administración federal, el cuarto bajo la presidencia de Donald Trump. Desde la medianoche del martes quedaron suspendidos servicios no esenciales, afectando a miles de trabajadores. Este escenario revive la tensión política entre republicanos y demócratas, incapaces de alcanzar un acuerdo presupuestario que garantice la continuidad de operaciones del gobierno.
Trump ya había enfrentado tres cierres en su primer mandato, incluido el más largo de la historia moderna: 35 días entre diciembre de 2018 y enero de 2019, motivado por su exigencia de fondos para construir el muro fronterizo con México. Aquella clausura dejó sin salario a 800 mil funcionarios y concluyó con un acuerdo temporal sin recursos para la valla.
Desde 1980 se han registrado una docena de cierres, reflejo de disputas fiscales entre el Congreso y la Casa Blanca. Aunque esta vez los servicios esenciales continúan, el impacto en miles de empleados federales amenaza con intensificarse si el bloqueo legislativo se prolonga.